9.4.07

Consuelo

… yo siempre lo he dicho y hoy más que nunca lo reafirmo; las palabras que puedes decir en ton de consuelo son palabras tiradas en saco roto. Probablemente nunca serán escuchadas y serán el “bla-bla-bla-bla” más armonioso, melodioso, rítmico, bienintencionado e innecesario que puedas expresar.
El consuelo de un corazón desolado se encuentra únicamente en el mismo corazón desolado, es su voluntad seguir, en su hambre de crecimiento y en el lecho del padre tiempo.
Personalmente detesto y escucho con ferviente odio las palabras del acompañante y puedo llegar a soportar tal tortura sólo a cambio de un pequeño favor: su hombro, mi desahogo y la tranquilidad que su compañía me provoca (sin importar la sarta de tonterías que se puedan decir y escuchar en el proceso).
Yo en especial me congelo, me quedo muda y por más que me esfuerce en tratar de consolar a mi ser querido, probablemente termine diciendo las mismas tarugadas de las que tanto me quejo. Pero ahí estoy al pie del cañón, más asustada y muda que nunca, pero ofreciendo lo único que puedo brindarle: mi compañía, mi hombro, mi garganta muda y todo pero todo con lo que pueda ayudarle.

Y mis bienintencionadas, rítmicas y melodiosas palabras serán leídas… juzgadas y probablemente no dirán nada y no significarán nada, pero tendrán que terminar como culminan todos los consuelos…
-“Pero siempre estaré aquí, contigo, cuando lo necesites, sin importar que me hagas correr…
y por supuesto, pero por supuesto terminarán así:
-“todo saldrá bien”.

Cómo lo odio, realmente lo odio…

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